miércoles, 16 de noviembre de 2011

lunes, 14 de noviembre de 2011

ursus arctos arctos

Dicen que el mayor miedo de un escritor es una hoja en blanco. Yo creo que eso es ridículo. Si yo fuera escritor (o ejerciera cualquier otra profesión), una hoja en blanco estaría bastante abajo en mi lista de temores. Estaría debajo incluso de “reloj de pulsera” y “botón de camisa”. Y definitivamente estaría debajo de “oso pardo europeo”, “psicópata con revólver” y “cáncer”.

Además, tengamos en cuenta esto: escribir en una hoja que ya está escrita puede ser difícil y confuso.

Éstas son algunas de las pocas situaciones que se me han ocurrido en las que una hoja en blanco podría ser mi mayor temor:

  1. Si yo fuera un robot programado para autodestruirse inmediatamente ante la mera visión de una hoja en blanco (y fuera capaz de sentir temor y tuviera miedo a dejar de existir).

  2. Si fuera una persona/robot capaz de sentir temor que fue condicionado, mediante experimentos conductistas, a desarrollar una respuesta emocional (un miedo extremadamente intenso) ante la presencia de una hoja en blanco. Por ejemplo, si me hubieran mostrado una hoja en blanco justo antes de aplicarme un shock eléctrico repetidas veces veces.

  3. Si una hoja en blanco me hubiera tocado de manera inapropiada en mi niñez. Entonces, ver una hoja en blanco despertaría una confusa mezcla de miedo, culpa, deseo y ansiedad. Y mi relación con las hojas en general sería tal que siempre terminaría acercándome a hojas abusivas que destruyen mi autoestima, porque entiendo que eso es lo que merezco.