La
palabra 'rescate' está en boca de todos con demasiada frecuencia
últimamente. Otras cosas que están en la boca de todos con mucha frecuencia son dientes y lenguas. Antes se usaba esa palabra sobre todo en contextos que incluían
héroes o superhéroes. Ahora sobran rescates y faltan héroes,
siendo que Batman®, Superman®
y los demás están demasiado ocupados siendo personajes de ficción. Menos mal que al menos Spiderman® es real.
El
Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional no dan
abasto para rescatar a todo el mundo así que decidí tomar cartas en
el asunto. Hace poco rescaté a un gato que no podía bajar de un
árbol. Ahora bien, la dueña era una señora que no podía pagarme
en ese momento así que me quedó debiendo dinero. Ella no tenía
trabajo, por lo que el riesgo de que no pudiera pagarme lo que me
debía era alto, así que los intereses de su deuda eran altos
también.
No pudo pagar lo acordado a tiempo pero no pasa nada, estamos refinanciando su deuda. Ahora tiene que pagar sólo el doble de lo que costaban mis servicios originalmente. Tuvo que vender a su gato, pero afrontémoslo: era un lujo innecesario para alguien que ni siquiera está produciendo dinero sólo porque “tiene 70 años”. Además, un amigo mío la ayuda controlando sus gastos en el supermercado y en la farmacia, que la gente no sabe qué, cuánto ni a quién comprar.
No pudo pagar lo acordado a tiempo pero no pasa nada, estamos refinanciando su deuda. Ahora tiene que pagar sólo el doble de lo que costaban mis servicios originalmente. Tuvo que vender a su gato, pero afrontémoslo: era un lujo innecesario para alguien que ni siquiera está produciendo dinero sólo porque “tiene 70 años”. Además, un amigo mío la ayuda controlando sus gastos en el supermercado y en la farmacia, que la gente no sabe qué, cuánto ni a quién comprar.
En fin, no sólo le estoy prestando dinero sino que
además le estoy ayudando a decidir cómo vivir su vida. Se lo digo
siempre: todos los intereses del mundo no podrían pagar mi servicio
a la sociedad.