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sábado, 23 de julio de 2011

el ukelele

Hace poco llegó un nuevo amigo a mi casa. No es un amigo en el sentido tradicional, ni es humano, ni es mi casa, pero llegó. Los amigos humanos son para perdedores y sentimentales, de todas formas.
En realidad ni siquiera llegó. Tuve que ir a buscarlo a la sucursal de MRW® nos movemos por ti de mi ciudad ya que una serie de hilarantes desencuentros y malentendidos hicieron que el maldito paquete no llegara nunca a casa. Además, en MRW® nos movemos por ti no parecen poner mucho empeño en llevar los paquetes a sus destinos a pesar de que esa es exactamente la actividad a que se dedican. Por eso fui yo quien se movió por ellos.


¿qué será? ¿un jet-pack? ¿un bolígrafo?


Bien. A menos que haya leído el título, esté obsesionado con los ukeleles o haya leído esta oración, no habrá adivinado todavía qué había en el paquete:


era un ukelele


Era un ukelele. Y lo toqué. Y salieron notas.


las notas emergían de él


En cuanto surgieron en mi muñeca izquierda los primeros síntomas del síndrome del túnel carpiano decidí dejarlo descansar un rato.


uke-siesta


Como todavía no soy lo suficientemente bueno *¡no eres lo suficientemente bueno! -movimiento repetitivo hacia delante y hacia atrás- ¡no eres lo suficientemente bueno! -pestañeo fuerte y golpeo mi cabeza-* para colgar una canción de alegría interpretada por mí mismo, pongo algo parecido pero interpretado por una chica simpática llamada Julia Nunes: